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Foto: Prensa Senado
En medio de un escenario marcado por protesta de la CGT en todo el país, el Gobierno nacional pospuso el debate de la reforma laboral para febrero.
De esa manera, el Ejecutivo logró evitar una ruptura inmediata con los sectores opositores dialoguistas en el Senado. Tras una reunión decisiva en Casa Rosada con el presidente Javier Milei y el ministro del Interior, Diego Santilli, la senadora Patricia Bullrich volvió al Congreso con una propuesta que permitió distender el conflicto y encauzar las negociaciones.
El núcleo del acuerdo -sellado luego de un encuentro en el bloque de la Unión Cívica Radical- establece que el dictamen del proyecto de Modernización Laboral se suscriba de manera inmediata, aunque con la salvedad de que su redacción será revisada y ajustada durante el receso parlamentario de enero. Como contraprestación, el Poder Ejecutivo aceptó demorar su discusión en el recinto hasta el 10 de febrero, cuando el Presidente prevé convocar nuevamente a sesiones extraordinarias.
Posiciones enfrentadas
Las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Trabajo y Previsión Social llevaron adelante su segunda jornada de exposiciones informativas. Allí quedaron en evidencia miradas antagónicas respecto de los alcances de la reforma laboral promovida por el Gobierno.
Mientras representantes de distintas plataformas digitales expresaron su respaldo a la iniciativa, el proyecto fue cuestionado con dureza por delegados de trabajadores de mensajería en moto y por referentes de los ámbitos cinematográfico y periodístico, quienes alertaron sobre las posibles consecuencias negativas de la propuesta oficial.
La postergación del debate en el recinto abre así una ventana de tiempo para revisar algunos aspectos del texto durante enero.
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