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Un reciente estudio elaborado por el economista Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), volvió a encender las alarmas sobre el poder adquisitivo en Argentina. Según el informe, basado en estadísticas oficiales del INDEC, los ingresos reales de trabajadores y jubilados atraviesan un deterioro que en algunos casos supera el 40% respecto a 2017, año considerado como uno de los de mayor capacidad de compra en la última década.
El efecto Milei en los ingresos
El trabajo detalla que el inicio de la gestión de Javier Milei estuvo marcado por una aceleración inflacionaria a fines de 2023 y comienzos de 2024, con un fuerte impacto sobre salarios y jubilaciones. Los más perjudicados fueron los asalariados del sector público, que entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 perdieron alrededor del 14% de su poder adquisitivo, con un pico de retroceso del 22% en enero de 2024.
En el caso de los jubilados, la situación también fue crítica. Quienes perciben la mínima con bono acumularon una pérdida real del 5% entre noviembre de 2023 y agosto de 2025, mientras que aquellos que cobran sin bono mostraron una mejora del 10% en el mismo período. Sin embargo, esta recuperación se produce después de un desplome del 30% en febrero de 2024 respecto a noviembre del año anterior.
Comparación con 2017: un retroceso profundo
La mirada de largo plazo revela un panorama todavía más dramático. Los jubilados que perciben sus haberes sin el bono son el grupo con mayor retroceso, con una pérdida del 41% en comparación con 2017. Para recomponer su poder de compra necesitarían un aumento real del 70%, algo que el IARAF considera prácticamente inviable en el esquema actual.
Los asalariados públicos acumulan una pérdida real del 33% respecto al promedio de 2017 y solo podrían recomponer su capacidad adquisitiva con un incremento real del 50%. Los privados registrados, a pesar de haber mostrado leves mejoras en la primera mitad de 2024, siguen un 20% por debajo de los niveles de 2017. Finalmente, los jubilados con bono arrastran una caída del 23% frente a 2017. En este último caso, el informe advierte que, como el bono de $70.000 permanece fijo, su peso relativo se reduce cada mes que la inflación se mantiene positiva.
Un empobrecimiento extendido
El IARAF concluye que, pese a algunas recuperaciones coyunturales en determinados sectores, la tendencia de los últimos años muestra un empobrecimiento generalizado de asalariados y jubilados. Según Argañaraz, los aumentos necesarios para recomponer el poder adquisitivo perdido son tan altos que, en la práctica, resultan de muy difícil cumplimiento.
Con este escenario, la discusión salarial y previsional vuelve a ocupar el centro de la agenda económica y política. El deterioro no solo se mide en porcentajes, sino en la pérdida concreta de capacidad de millones de argentinos para sostener su nivel de vida.
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