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Foto: Télam
El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) sobre el mercado de trabajo, correspondiente al segundo trimestre de 2025, volvió a poner en evidencia las dificultades que atraviesan los trabajadores en Argentina.
La tasa de desocupación se ubicó en 7,6%, sin variaciones respecto al mismo período del año pasado. Sin embargo, detrás de esa aparente estabilidad se esconde un cuadro preocupante: la informalidad trepó al 43,2%, lo que implica que más de cuatro de cada diez ocupados no realizan aportes jubilatorios ni cuentan con derechos laborales plenos.
La presión sobre el mercado laboral –que incluye a desocupados, subocupados y ocupados en la búsqueda de otra fuente de ingresos– alcanzó al 30,5% de la población económicamente activa. Se trata de un indicador que, aunque suele pasar desapercibido, marca el pulso de la precarización y la falta de oportunidades de empleo genuino.
El relevamiento también refleja desigualdades de género: mientras que el desempleo en varones se ubicó en 6,8%, entre las mujeres ascendió al 8,5%, evidenciando una mayor vulnerabilidad en el acceso al trabajo.
A nivel territorial, el Gran Buenos Aires (8,7%) y la región Pampeana (7,4%) concentran las cifras más altas de desocupación, en contraste con el Noroeste y la Patagonia, que registraron un 4,7%.
De este modo, el informe oficial confirma una tendencia que los sindicatos vienen denunciando desde hace tiempo: más allá de los números globales de desempleo, lo que crece es la informalidad, la precarización y la presión sobre los ingresos de la clase trabajadora.
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