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Foto: Télam
Un nuevo informe del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA) volvió a encender alarmas: en julio, por primera vez en más de un año, las empresas comenzaron a avanzar con despidos por encima de la reducción de turnos, confirmando la profundización de la crisis industrial.
De acuerdo al relevamiento, casi una de cada cuatro compañías achicó su plantel de personal (24,4%), alcanzando el nivel más alto de los últimos cinco sondeos. El 19,4% de las firmas aplicó despidos, superando al 18,9% que optó por ajustar horarios de producción.
La UIA reconoció que “en julio aumentó la cantidad de empresas que redujeron su nivel de empleo”, lo que marca un cambio en la estrategia empresarial frente a la caída de la demanda y de la producción.
La recesión se refleja también en la actividad: el 36,3% de las industrias redujo su producción respecto del trimestre anterior, mientras que apenas un 21,8% mostró incrementos. En ventas, la caída alcanzó al 43,5% de las firmas, y en exportaciones, el 30,5% también informó bajas.
Los empresarios señalaron que su principal problema es la caída del mercado interno, que explica el 40% de las dificultades. Dentro de ese factor, la retracción más fuerte se da en la demanda entre industrias (22,5%) y la proveniente de los hogares (17,6%). A eso se suman los aumentos de costos, especialmente laborales, y la competencia de productos importados.
En cuanto al financiamiento, cuatro de cada diez compañías debieron recurrir a créditos bancarios, pero casi la mitad no consiguió el monto necesario. La situación golpea con más dureza a las pymes, mientras que las grandes empresas sí accedieron a financiamiento, al menos de forma parcial.
Las cifras confirman la fragilidad del entramado industrial: el 44,1% de las empresas declaró tener dificultades para pagar salarios, proveedores, impuestos, servicios o compromisos financieros.
La expectativa hacia adelante también se deteriora: menos de la mitad de los empresarios cree que la situación de su sector o de su propia empresa mejorará en los próximos meses. El optimismo cayó hasta diez puntos porcentuales respecto del informe anterior.
Desde el movimiento obrero advierten que el informe ratifica lo que ya se ve en cada territorio: los primeros en pagar la crisis son los trabajadores, con despidos, rebajas salariales y pérdida de derechos. El lockout industrial de hecho que describe la UIA contrasta con la falta de políticas públicas que garanticen la defensa del empleo y de la producción nacional.
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