El Sindicato Químico de Río Tercero se declaró en alerta ante el incumplimiento salarial de Petroquímica
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El Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Río Tercero (SPIQyP) expresó su rechazo a la decisión unilateral de la empresa Petroquímica Río Tercero (PR3), que comunicó al Ministerio de Trabajo de la Provincia su imposibilidad de abonar en tiempo y forma los salarios correspondientes al mes de junio y el medio aguinaldo previsto por ley.
Frente a esta situación, el sindicato declaró el estado de alerta y movilización. La medida fue acompañada por una asamblea, donde se resolvió comenzar a trabajar a reglamento, con asambleas sorpresivas por turno, como forma de manifestación ante lo que califican como un "atropello a los derechos laborales más básicos".
Desde SPIQyP dejaron en claro que esta situación marca un límite. “Acompañamos cada paso del proceso de reconversión que la empresa emprendió tras el cierre de la planta de TDI, pero tocar el salario de nuestras familias es intolerable. Si en los plazos legales no se depositan los haberes adeudados, avanzaremos con todas las medidas necesarias para defender el bolsillo de nuestros afiliados”, advirtieron desde la organización gremial.
La crisis de Petroquímica no es nueva. Desde el cierre de su planta de TDI -insumo esencial para las industrias colchonera y automotriz- en octubre de 2024, la empresa achicó su operación de forma significativa. Aquel cambio trajo aparejados 125 despidos, luego reincorporó a 20 operarios, pero volvió a desvincular personal en marzo de este año. Hoy la firma mantiene solo una fracción de su actividad original, con la producción de insumos como policloruro de aluminio, en una escala mucho menor.
El conflicto actual será tratado en una audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo para este jueves 26, tras la nota formal enviada por la empresa al ministro Omar Sereno, en la que se expone la “grave situación económica” de la firma y se solicita discutir un esquema de pagos “según sus posibilidades”.
Desde el sindicato, sin embargo, insisten en que la variable de ajuste no puede ser el salario de los trabajadores: “Hemos mostrado voluntad, diálogo y acompañamiento, pero no vamos a permitir que se vulnere el sustento de las familias obreras”, subrayaron.
Un sector en crisis
La situación de Petroquímica se enmarca en una crisis más amplia que atraviesa el histórico polo industrial químico de Río Tercero. Su vecina, Fábrica Militar Río Tercero, también se ha visto severamente afectada, ya que el 90% del ácido nítrico que producía tenía como destino la planta de TDI de PR3. Sin ese cliente, la producción y los ingresos de la planta estatal cayeron a mínimos históricos.
Por su parte, Atanor, la tercera gran empresa del complejo, también arrastra dificultades. Acordó en abril con SPIQyP evitar despidos y suspensiones hasta octubre de este año, en medio de una caída de la competitividad agravada por la apertura de importaciones. Aunque ese compromiso incluyó el respeto de los acuerdos paritarios, también implicó la postergación de aportes obligatorios por ley.
Entre las tres compañías, el polo químico de Río Tercero da empleo directo a cerca de 900 trabajadores y trabajadoras. Desde SPIQyP advierten que las señales de retroceso del sector no son aisladas ni circunstanciales, y exigen una respuesta urgente del Estado provincial y nacional para evitar un vaciamiento industrial que compromete no solo puestos de trabajo, sino el futuro productivo de la región.
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