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Foto: UOM
El conflicto entre la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el Gobierno nacional entró en una nueva fase de tensión, tras el dictado de la conciliación obligatoria que suspendió el paro nacional convocado por el gremio para la semana pasada. La medida frenó una protesta que amenazaba con paralizar al sector metalúrgico y siderúrgico.
La raíz del conflicto radica en el estancamiento de las negociaciones salariales, especialmente en el sector siderúrgico, donde la paritaria lleva nueve meses sin resolución. Desde la conducción sindical denuncian que el Gobierno de Javier Milei se inmiscuye en las tratativas entre privados e impone un techo salarial que va en línea con su política de ajuste, lo que impide actualizaciones acordes a la inflación y deteriora el poder adquisitivo de los trabajadores.
La UOM se encuentra ahora en una "tregua forzada" de 15 días hábiles, con contactos formales e informales entre partes. Sin embargo, el clima es de pesimismo. La reciente intención del Ejecutivo de condicionar a la baja la paritaria de Comercio fue interpretada como una señal de disciplinamiento
En este marco, desde el sindicato metalúrgico apuntan contra la Secretaría de Trabajo, encabezada por Julio Cordero, exabogado del Grupo Techint, y la acusan de querer romper los convenios colectivos, debilitar la negociación salarial y consolidar un modelo laboral regresivo.
“La Secretaría de Trabajo está al servicio de las patronales”, advierten desde la UOM, remarcando que no se trata de un hecho aislado, sino de una ofensiva más amplia para disciplinar al movimiento obrero.
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