Estatales nacionales rechazan la oferta del Gobierno y exigen recuperar poder adquisitivo

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Foto: ATE (archivo)

El inicio de las negociaciones paritarias para los trabajadores estatales en 2025 comenzaron con fuertes discrepancias entre el Gobierno y los gremios. Tanto UPCN, liderado por Andrés Rodríguez, como ATE, encabezado por Rodolfo Aguiar, rechazaron la propuesta oficial de un aumento salarial del 1% mensual durante los primeros cuatro meses del año, exigiendo una recuperación del poder adquisitivo perdido en 2024, que alcanzó casi 30 puntos.

Una propuesta insuficiente

En la primera reunión, realizada el 30 de diciembre, el Ejecutivo defendió su oferta como "acorde a las restricciones presupuestarias" derivadas de su política de ajuste fiscal. Sin embargo, los sindicatos la calificaron como "inaceptable" frente a una inflación que en 2024 superó el 112%, mientras que el aumento salarial acordado previamente fue del 73%.

Rodríguez describió la propuesta como "totalmente negativa", y advirtió sobre la necesidad de priorizar la recuperación salarial para evitar una situación económica insostenible para los trabajadores. Por su parte, Rodolfo Aguiar acusó al Gobierno de condicionar las negociaciones y fomentar un clima de alta conflictividad en la administración pública.

Preocupación por despidos y ajustes

El malestar sindical se ve exacerbado por los despidos recientes en distintas áreas del sector público. Aguiar denunció especialmente las cesantías en el área de Derechos Humanos de la ex ESMA, llevadas a cabo, según afirmó, con una presencia policial intimidatoria que calificó de "prácticas propias de la dictadura".

Estas medidas han generado preocupación entre los trabajadores y alimentan el temor de nuevas acciones que profundicen el ajuste en el empleo público.

Futuro incierto

Las negociaciones se retomarán a mediados de enero, pero las posibilidades de alcanzar un acuerdo son remotas. Los gremios anticipan que el Gobierno podría cerrar la paritaria por decreto, como ocurrió en 2024, una decisión que profundizaría las tensiones.

Desde el Ejecutivo confían en que la inflación siga disminuyendo, lo que permitiría alivianar las presiones salariales. Sin embargo, los sindicatos insisten en que no aceptarían otra paritaria que no contemple una compensación real para los trabajadores, mientras advierten sobre la creciente conflictividad social.

El desenlace de estas negociaciones será clave para definir el rumbo de las relaciones laborales en un contexto marcado por el ajuste fiscal y la incertidumbre económica.


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