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Los salarios formales sufrieron en febrero su cuarto mes consecutivo de caída respecto a la inflación, acumulando una baja del 23,9% desde noviembre pasado y acercándose al mínimo histórico registrado al finalizar el régimen de convertibilidad.
Según datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la Remuneración Imponible de Trabajadores Estables (Ripte) mostró un aumento del 11,5% en febrero, mientras que la inflación alcanzó el 13,2%.
Con estos datos, el salario promedio de febrero se situó en $619.007,05, cifra que nuevamente quedó por debajo del valor de la canasta familiar de pobreza, fijada en $690.901,57 para un matrimonio con dos hijos menores, excluyendo el costo del alquiler.
En términos interanuales, los haberes de los trabajadores cayeron un 26% en febrero, según el análisis del economista Salvador Vitelli, marcando así la peor caída cuatrimestral en la historia del índice y superando el derrumbe registrado durante la convertibilidad en un periodo de cuatro meses, que fue del 20%.
Al cierre de 2023, el salario promedio alcanzó los $484.298,40, lo que representó un incremento del 149,4% con respecto al valor de finales de 2022, cuando se situaba en $194.175,11. Sin embargo, este aumento no fue suficiente para contrarrestar la inflación del 211,4% registrada durante el año pasado, resultando en una pérdida del poder adquisitivo del 20% para los 10 millones de trabajadores formales del sector público y privado cubiertos por el Ripte.
El Ripte se define como la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) percibida por trabajadores bajo relación de dependencia, declarada de forma continua durante los últimos 13 meses.
Este indicador es fundamental para calcular la movilidad previsional junto con la evolución de la recaudación tributaria destinada a la Seguridad Social, descontando el aumento del padrón de beneficiarios.
La Secretaría de Seguridad Social especifica que el cálculo del Ripte considera únicamente los salarios de los empleos con una antigüedad mínima de 13 meses, excluyendo las remuneraciones de los nuevos empleos, e incluye los salarios del sector privado y del sector público que han transferido sus cajas previsionales al SIPA/Anses.
Además, el Ripte solo cuantifica los componentes remunerativos del salario, es decir, aquellos imponibles al sistema de seguridad social, y tiene en cuenta el monto salarial hasta el tope imponible definido para los aportes personales al sistema de seguridad social.
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